MADRUGÁ 2014

MADRUGÁ 2014

miércoles, 9 de marzo de 2011

Boletín de Cuaresma.



El camino se va haciendo ligeramente cuesta arriba, la vida se le va a cada paso que da. Vienen a su cabeza recuerdos de toda su vida. Recuerdos de su niñez, de su más tierna infancia, recuerdos de tantos momentos felices junto a su Madre, la Virgen María. Imágines de su adolescencia, de sus primeras enseñanzas…… los recuerdos de cómo empezó todo. A pesar de todo sigue sin comprender el porqué de todo lo que le está pasando. Ha predicado Amor y Paz para los Hombres, pero el odio de estos ha caído sobre Él con toda su fuerza. Está resignado a su suerte de Salvador, el privilegio de ser el Hijo de Dios, el Hijo del Hombre.

De pronto a Cayo uno de los Legionarios que comandaba la expedición camino del Gólgota, percibió algo que le llama la atención. Le dice a Benjamín, el otro soldado romano que le acompaña, que Jesús Nazareno se ha quedado mirando a alguien en concreto entre la multitud que acompaña a la comitiva. Hasta ese momento sus ojos estaban fijos en el suelo, totalmente abstraído, encerrado en su sufrimiento, deseando que todo acabe. Sus pasos se hacen todavía más lentos, como queriendo que el tiempo se detuviera por completo, a la espera de un momento único. ¿A quién mirará? ¿Tal vez a alguno de sus discípulos? Benjamín se vuelve y tras él descubre a una señora que no aparta los ojos de Jesús. La mujer más bella que nunca jamás se había visto.

Se produce el momento en el que Jesús se encuentra con su Madre. El momento que se representa en la cuarta estación del Vía Crucis. María Santísima del Mayor Dolor junto a Jesús Nazareno. A partir de ese momento, María no se separaría de su Hijo, acariciándolo, acompañándolo en sus últimos momentos de vida. Mitigando en lo posible su sufrimiento, de igual forma que cuando era niño y Jesús lloraba por cualquier motivo. Las lágrimas de María, las lágrimas de una Madre, las tres lágrimas que tiene mi Señora en su mejilla.

Desde 1988 María no va sola junto a Jesús Camino del Calvario. Cada Madrugá del Viernes Santo, va acompañada por un grupo de hombres, hijos de Linares que decidieron hacer penitencia acompañando a la Virgen María en los últimos momentos de vida del Hijo de Dios. Los dos legionarios que acompañaron a Jesús en su transitar por la Vía Dolorosa, se convirtieron en una cuarenta de hombres que dan todo lo que tienen dentro por estar con nuestra Señora, mitigar su sufrimiento, aliviar su pena. Costaleros que dan lo mejor de sí en cada levantá, chicotá, desde que se inicia nuestra estación de penitencia y hasta que finaliza.

Desde esta humilde publicación quisiera dar las gracias a todos y cada uno de los que a lo largo de estos 24 años han pertenecido a este colectivo. Colectivo que año tras año se ha ido asentando, haciéndose mas grande, integrándose en la hermandad y siendo un referente en cuanto a las cuadrillas de palio de la Semana Santa de Linares. Mi mas sincero reconocimiento a mi gente, a los de antaño y a los de ahora, a los costaleros y capataces, a mis legionarios, legionarios del Mayor Dolor.

José Manuel Teva Mora


[Boletín de Cuaresma de la Real Cofradía Ntro. Padre Jesús Nazareno, Maria Stma del Mayor Dolor, y San Juan Evangelista]

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